NUESTRO VERDADERO TEMPLO

Celebramos el 62º aniversario de la consagración de nuestra Iglesia, pero nuestro verdadero templo es la Comunidad que ora en ella.


En todo edificio, como en todo hombre, el paso del tiempo va haciendo mella, algunas piedras han desaparecido, pero el Arquitecto tomó otras para sustituirlas. El templo está edificado sobre Roca firme, y formado por múltiples elementos que se disponen de forma casi armónica. En primer lugar están los cimientos, donde se apoya la mayoría del peso, estos son Nuestra Madre, cabeza de la Comunidad. También tiene arbotantes que ayudan a distribuir mejor la carga de los muros, estas son las hermanas que tienen una función concreta en nuestra Comunidad y que ayudan a Nuestra Madre repartiendo el peso. Pero el templo, no podría soportar el paso del tiempo si no fuera porque está hecho con sillares de piedra, unos más grandes, otros más pequeños, pero cada hermana tiene una función dentro del edificio, porque si quitamos una sola piedra el  muro puede venirse abajo. Todas  estas piedras están unidas, y forman un todo, gracias a la argamasa del Amor que hace que cada día y a pesar del paso del tiempo, nuestro templo, en fin, nuestra Comunidad, siga realizando el único fin para el que fue creada: ser signo visible del Dios invisible.

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