Y YO... ¿TENDRÉ VOCACIÓN?

Muchas personas a lo largo de la historia se han hecho esta pregunta en algún momento de sus vidas. La vocación, como tal, la poseemos todos, es como el designio que Dios tiene para que nosotros seamos felices. Pero, normalmente, cuando nos planteamos esta pregunta, realmente nos estamos planteando si Dios nos llama a la vida consagrada o sacerdotal. Antes de nada, hay que decir, que no existe una fórmula a través de la que se descubre la vocación, sino que cada uno tenemos que descubrir nuestro propio camino, cada camino es único, como únicas somos todas las personas. En primer lugar, para descubrir nuestra vocación, tenemos que preguntar al Señor: ¿qué quieres de mí? El Señor nos conoce mejor que nosotros mismos y su voluntad nos hará felices. Pero para escuchar al Señor tenemos que tener los oídos del espíritu bien abiertos. A Dios se le escucha sobre todo en la Eucaristía, Jesús llama desde la Eucaristía. Tenemos que tener en cuenta que Dios es quien tiene la iniciativa, Él...