Bienaventuranzas para ser Santos
Bienaventurado si, en aquello que haces, no eres negativo: verás que hay muchas cosas positivas en ti. Bienaventurado si, en lo que realizas, eres inconformista: porque experimentarás que la mano de Dios te empuja a superarte a ti mismo. Bienaventurado si, en tu camino, no vives de espaldas a los demás: comprobarás que Dios te rodea con gente que te quiere. Bienaventurado si, en lo que piensas, no buscas solamente tu beneficio personal: alcanzarás felicidad promoviendo el bienestar de los demás. Bienaventurado si, allá donde trabajas, vas al fondo de las cosas: porque contribuirás a perfeccionar la creación del mismo Dios. Bienaventurado si, en las pequeñas cosas de cada día, te mejoras y potencias a los demás: descubrirás que la santidad se talla con pequeños golpes. Bienaventurado si, aún mirando al cielo, eres consciente de que tú puedes hacer algo por la tierra: te dará satisfacción el sembrar el amor de Dios en medio de los hombres. Bienaventurado si, observando el mundo que te ro