DOMINGO III DE CUARESMA
Casi sin darnos cuenta, nos encontramos ya celebrando el tercer domingo de esta Cuaresma 2022, marcada aún por la pandemia y el dolor de una guerra que nos desgarra en lo más hondo del ser.
Ante todo este panorama, el Señor nos sigue pidiendo conversión, frutos de buenas obras, limosna, ayuno y penitencia que son la siembra de una cosecha abundante en el reino de los cielos. Quedarnos de brazos cruzados mirando lo que hacen los demás, no sirve para nada, puesto que somos nosotros los que tenemos que remangarnos y trabajar en el campo que nos presenta Dios ante los ojos, para dar esos buenos frutos.
El Señor en el Evangelio de hoy, revive la parábola de la higuera infructuosa, la cual podemos ser cualquiera de los humanos y el labrador es Cristo que pide paciencia al Padre para que no la corte, por falta de frutos, al igual que tiene mucha paciencia con nosotros, esperando que demos lo mejor de nosotros a los demás y al reino.
Frutos que quizá nos desprecien aquellos a quien se los ofrecemos, pero que no debe importarnos seguir dando a manos llenas para bien de todos. Como por ejemplo, enseñar a alguien lo bueno, corregir al hermano una mala conducta o invitar a un hijo a una vida mejor, puede hacer que nos ganemos el desprecio de los otros, pero siempre, siempre, el cariño del Corazón de Cristo y el premio de la vida eterna.
Así animaba San Manuel González a sus lectores y oyentes:”¿Quieres que tu parroquia de frutos?, pon al Corazón de Jesús en todo lo que hagas, ¿quieres que tu vida se transforme en algo mucho mejor de lo que es? Invoca al Corazón de Jesús, ¿tienes pena, desazón, sin sentido? Busca al Corazón de Jesús en el sagrario y verás los milagros que puede hacer este buen Corazón”.
Feliz domingo. Feliz día del Señor.
(https://www.lavozdecordoba.es/tu-voz/la-puerta-del-sagrario/2022/03/20/cuaresma-4/)
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